miércoles, 29 de diciembre de 2010
Las fotos e Imagenes en la web y redes sociales
Un interesante SPOT promovido por la Comunidad de Madrid sobre el uso de las imagenes en internet, de cara a prevenir en las familias el poner imagenes en redes sociales.
martes, 21 de diciembre de 2010
iPhone 5 e iPad 2
Unos dicen que la renovación de productos Apple llegará de nuevo a mediados de 2011 con un nuevo tablet y un nuevo teléfono. Incluso en algunas webs se habla del Q1 (primer trimestre del 2011) para sacar al menos el iPad 2.
Los dos aparatos serán anunciados y también presentados por Cupertino en su Keynote.
Apple no se para y se sabe que trabajan al menos en estos dos dispositivos para el 2011.
Tanto iPad 2 como iPhone 5 tendrán nuevos añadidos, como pueden ser la pantalla las cámaras en el tablet y sistema GPS en el terminal telefónico. Una de las mayores novedades para el iPad sería la incorporación de una webcam frontal para poder disfrutar de la aplicación FaceTime, de la que ya disponen el iPhone y el sistema operativo iOS 4.
No menos interesante es que se habla de un iPad con la memoria interna de 128 GB, con lo cual se duplicaría el actual modelo superior con 64 GB. Y por si fuese poco, su reducida pantalla de siete pulgadas mostraría una resolución mucho más amplia, hasta llegar a una densidad de 326 puntos por pulgada, que es la concentración que permite la llamada pantalla Retina, que ya conocemos por el iPhone 4.
En principio, parece que la tecnología Flash seguirá estando vetada en el catálogo de tecnologías aceptadas por la tableta.
Así que los que esteis pensando en comprar algunos de los dos, haceros esta pregunta ¿Conviene esperar?: Apple siempre sorprende...Aplicar filtros es otra de las opciones de las cuales tendremos acceso en iPad 2 y en iPhone 5 cuando lleguemos a hacer fotografías en tiempo real.
Los dos aparatos serán anunciados y también presentados por Cupertino en su Keynote.
Apple no se para y se sabe que trabajan al menos en estos dos dispositivos para el 2011.
Tanto iPad 2 como iPhone 5 tendrán nuevos añadidos, como pueden ser la pantalla las cámaras en el tablet y sistema GPS en el terminal telefónico. Una de las mayores novedades para el iPad sería la incorporación de una webcam frontal para poder disfrutar de la aplicación FaceTime, de la que ya disponen el iPhone y el sistema operativo iOS 4.
No menos interesante es que se habla de un iPad con la memoria interna de 128 GB, con lo cual se duplicaría el actual modelo superior con 64 GB. Y por si fuese poco, su reducida pantalla de siete pulgadas mostraría una resolución mucho más amplia, hasta llegar a una densidad de 326 puntos por pulgada, que es la concentración que permite la llamada pantalla Retina, que ya conocemos por el iPhone 4.
En principio, parece que la tecnología Flash seguirá estando vetada en el catálogo de tecnologías aceptadas por la tableta.
Así que los que esteis pensando en comprar algunos de los dos, haceros esta pregunta ¿Conviene esperar?: Apple siempre sorprende...Aplicar filtros es otra de las opciones de las cuales tendremos acceso en iPad 2 y en iPhone 5 cuando lleguemos a hacer fotografías en tiempo real.
viernes, 17 de diciembre de 2010
Nuevo Monovolumen Chevrolet Orlando
Nuevo Chervolet Orlando de 7 plazas.
Chevrolet ha sacado un nuevo monovolumen, llamado Orlando. Es un concepto nuevo en un coche mitad crossover y mitad monovolumen compacto, asequible y pensado para 7 ocupantes, ya que dispone de 7 plazas.
Una opción interesante si estamos buscando un coche versatil donde quepa toda la familia.
Podeis ver más información en: http://www.chevrolet.es/nuestros-modelos/orlando/
Guía para padres y madres sobre uso de videojuegos por menores
El Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (INTECO) y la Asociación Asociación Española de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento (aDeSe), publican la Guía para padres y madres sobre uso de videojuegos por menores. El objetivo perseguido por la guía es resolver las principales cuestiones sobre seguridad y privacidad que se encuentran los padres españoles a la hora de regular el juego electrónico de sus hijos.
El Observatorio de la Seguridad de la Información ha elaborado este material divulgativo, que está disponible en las páginas web de ambos organismos (http://www.inteco.es/ y http://www.adese.es/ respectivamente). Esta guía se inscribe dentro de la colaboración iniciada por ambas entidades para el impulsar los aspectos de seguridad de la información, la privacidad y la protección de los menores en el uso de las nuevas tecnologías. Con el lema ¡Infórmate, decide y disfruta!, la campaña incluye igualmente la presentación de una serie de materiales orientados a la realización de una compra y un uso confiado y seguro de videojuegos, que estarán accesibles al público en los principales centros de compra de software de entretenimiento.
La Guía, especialmente orientada a padres, madres y tutores, extiende su ámbito a colectivos como educadores, industria y poderes públicos, implicados todos ellos en el desarrollo personal del menor. En cuanto al contenido, se realiza una aproximación a la situación actual del mercado del entretenimiento digital y al lugar que ocupan los menores españoles como usuarios de estas tecnologías, así como al marco legal involucrado en esta práctica.
Por último, este disfrute no está exento de riesgos, que afectan especialmente al menor por su situación de vulnerabilidad. Frente a ellos, se ofrecen una serie de recomendaciones para los colectivos mencionados, promoviendo el uso seguro por parte de todos los ciudadanos.
Disponible la guía completa en castellano, el folleto divulgativo de la campaña ¡Infórmate, decide y disfruta! y las traducciones de las guías: guía completa en inglés y la reseña de la misma en catalán, euskera, gallego y valenciano.
Más información en: http://www.inteco.es/Seguridad/Observatorio/manuales_es/guia_menores_videojuegos
La Guía, especialmente orientada a padres, madres y tutores, extiende su ámbito a colectivos como educadores, industria y poderes públicos, implicados todos ellos en el desarrollo personal del menor. En cuanto al contenido, se realiza una aproximación a la situación actual del mercado del entretenimiento digital y al lugar que ocupan los menores españoles como usuarios de estas tecnologías, así como al marco legal involucrado en esta práctica.
Por último, este disfrute no está exento de riesgos, que afectan especialmente al menor por su situación de vulnerabilidad. Frente a ellos, se ofrecen una serie de recomendaciones para los colectivos mencionados, promoviendo el uso seguro por parte de todos los ciudadanos.
Disponible la guía completa en castellano, el folleto divulgativo de la campaña ¡Infórmate, decide y disfruta! y las traducciones de las guías: guía completa en inglés y la reseña de la misma en catalán, euskera, gallego y valenciano.
Más información en: http://www.inteco.es/Seguridad/Observatorio/manuales_es/guia_menores_videojuegos
sábado, 4 de diciembre de 2010
27 Consejos para ver la Tele en Familia
Reproducimos a continuación un documento que consideramos interesante.
El documento ha sido elaborado por FEDEPADRE, asociación que reúne a 150 mil familias chilenas. Aquí, sus 27 consejos para ver TV.
1. Los padres debemos enseñar a nuestros hijos, tanto a ver espacios televisivos enriquecedores, como a no ver aquellos que puedan ser inconvenientes o que puedan afectarlos en su desarrollo integral como personas. Si los padres no enseñamos a ver televisión a nuestros hijos, ¿quién lo hará por nosotros?
2. Podemos enseñar a los hijos a que no hay que "ver televisión", sino que ver programas de televisión. Así podremos desarrollar la capacidad de selección y de discriminación, que los habilitará para ver aquello que nos conviene y no mirar aquello que no nos conviene ver. Debemos preguntar a nuestros hijos ¿Qué programa quieren ver?, en lugar de ¿Quieren ver televisión?. No olvidemos que la televisión utilizada con el criterio de ayudar a la educación de los hijos puede ser una herramienta muy eficaz.
3. Para crear un criterio de selección al momento de ver televisión, es preciso evitar tener prendida la televisión cuando no hay nadie viendo un programa determinado. Siempre es positivo preguntarse: ¿Es necesario que en este momento esté prendido el televisor?. Cuantas veces la televisión permanece horas funcionando sin que nadie esté realmente viendo un programa determinado. Si la apagamos, cuando no es necesario que esté prendida, no solo ahorramos energía y dinero, sino que lo más importante, ganamos silencio y tiempo para nosotros mismos y para la familia.
4. Un buen modo de afirmar las ideas anteriores, es no tener a mano el control remoto. El "zapping", o la costumbre de cambiar permanentemente de canal de televisión, es contrario al criterio de selección que debemos desarrollar en nuestros hijos. Por otro lado, "la lucha" por el control remoto muchas veces es injusta e inconveniente, ¿no sería preferible acordar de antemano el programa que queremos ver, para no ser esclavos del control remoto, que nos lleva por un vagabundeo interminable que no permite concentrarse ni entender ningún programa?. Si el "zapping" con el control remoto es inevitable, por que se está buscando qué ver, al menos es conveniente enseñar que todos tienen derecho a opinión, y que la selección del programa no es monopolio del mayor, el más fuerte o el dueño de la televisión, para así enseñarles a respetar los derechos y los gustos de cada uno de los miembros de la familia.
5. No es conveniente que nuestros hijos tengan un aparato de televisión en su habitación. Esta costumbre incentiva el aislamiento de nuestros hijos, provoca una adicción a la televisión y es contrario a la vida de familia. Tengamos presente que una adicción desordenada a la televisión impide el juego de nuestros hijos, el crecimiento de su creatividad y afecta inevitablemente la convivencia familiar.
6. Es siempre conveniente tener un horario preestablecido para ver programas de televisión. Como todas las cosas, la televisión tiene "su lugar" en la vida familiar, junto a otras actividades. En este punto debemos tomar conciencia que nuestro día sólo tiene 24 horas, y si le restamos el tiempo en que dormimos y trabajamos o estudiamos ¿cuánto tiempo libre nos queda?. ¿Es necesario dedicar el escaso tiempo libre que tenemos sólo a la televisión?. ¡Donde queda el tiempo para el juego, la amistad, la cultura, la imaginación y la convivencia familiar!
7. No usemos la televisión como una "niñera electrónica", dado que ella no cuida verdaderamente a nuestros hijos, especialmente si los dejamos ver "lo que están dando". Recordemos que la televisión, no puede dar cariño, ni es capaz de advertir a los niños de un eventual peligro. Cuando ambos padres trabajan, este criterio es especialmente importante.
8. No tengamos prendida la televisión cuando almorcemos o comamos en familia. Cuando se está juntos en familia, durante las comidas, toda nuestra atención debemos ponerla en compartir con nuestros hijos y cónyuge, cuidando ese verdadero tesoro que es estar juntos y con tiempo para conversar y conocernos mejor. No arruinemos o desperdiciemos los mejores momentos en familia "metiendo al medio" una intrusa como invitada principal, que obliga a ser vista y escuchada.
9. La capacidad de imitación que tiene el niño debemos orientarla hacia el conocimiento de personajes reales y ejemplares, por ejemplo deportistas, hombres ilustres, héroes de nuestra historia, personas destacadas en la ayuda a los demás, poetas, etcétera, y no hacia "héroes imaginarios", "monstruos", o personajes inexistentes. De esta forma, pondremos a su alcance las vidas de personas que han pasado haciendo el bien, y que merecen ser imitadas.
10. Los padres debemos tratar de acompañar a nuestros hijos a ver televisión. De esta forma podremos conocer verdaderamente los contenidos de los programas para tener juicios más apropiados al momento de emitir nuestra opinión sobre la televisión. Mirando televisión con ellos nos podremos dar cuenta de sus gustos o preferencias, y los efectos que los distintos programas pueden producir en cada uno de ellos.
11. Echarle la culpa a la televisión es la salida fácil. No conviene que los padres renunciemos a la posibilidad de que en la casa se vea siempre buena televisión, teniendo presente que en la programación de la televisión, si buscamos, podremos encontrar casi siempre buenos programas, y que nos corresponde a nosotros el deber y la responsabilidad de ser los principales formadores de nuestros hijos.
12. La experiencia demuestra que no es conveniente que los niños y jóvenes puedan ver el programa que se les antoje, sobre todo los más pequeños. Tampoco conviene dar por sentado que todos los programas llamados infantiles o de dibujos animados tienen un contenido adecuado para su edad.
13. Los padres debemos informarnos del contenido de los programas de televisión. Cualquier espacio que incluya sexualidad, violencia, maldad, permisividad, delincuencia, racismo, etcétera, no es apto para niños. Y los padres deben saberlo, y evitar que sus hijos los vean. Para lograr esto, se pueden consultar las guías de calificación de la programación de la televisión que se publican a instancias del Ministerio de Educación, del Consejo Nacional de la Televisión, y en revistas especializadas de educación de los hijos, como por ejemplo Hacer Familia o Educar.
14. Una vez informados del contenido de los programas de televisión respetemos la señalización de los programas infantiles: - para todo niño; - para niños mayores de 7 años; y para niños mayores de 12 años, establecida por los canales de televisión, y difundida tanto por el Ministerio de Educación como por el Consejo Nacional de Televisión, para el cuidado de los niños.
15. Hay que tener presente que los hijos deben aprender valores antes que nada en el ámbito de la familia. Cuidemos de explicar a nuestros hijos que los principios e ideales de los héroes o heroínas de la televisión son la mayoría de las veces son difíciles de aplicar en la vida diaria, donde a diferencia de la televisión, cada acto tiene un costo y una consecuencia positiva o negativa para ellos mismos.
16. Con imaginación y creatividad los padres de familia podemos esforzarnos en buscar alternativas a la televisión, fomentando el deporte, las visitas a museos y parques naturales, las sesiones de teatro, la proyección de videos, las conversaciones familiares, las prácticas de acciones solidarias a favor de los demás, etcétera.
17. La "cultura de la imagen" debe llegar a los niños por medios que no sea exclusivamente la televisión. Enseñémosles a nuestros hijos que fuera de la pantalla existen los paisajes, las puestas de sol, los jardines, los museos y exposiciones, los libros, etcétera, que son infinitamente más bonitos y reales que lo que puedan ver en la televisión. En este mundo hay tanto que ver y que mirar, pero, es necesario que como padres lideremos este esfuerzo, no perdiendo la capacidad de admiración, para que nuestros niños sigan nuestro ejemplo.
18. Inevitablemente, y no obstante nuestros esfuerzos, habrá contenidos televisivos contrarios a nuestros valores, que nos parezcan inconvenientes o negativos para nosotros o nuestros hijos. Por ello fomentemos en familia el análisis crítico del contenido de los programas de la televisión. Para eso, acostumbremos a nuestros hijos a saber ver y distinguir lo bueno y lo malo que pueda contener un determinado programa de televisión.
19. Los padres tenemos que fomentar que los programas sean analizados y materia de conversación en reuniones de familia, por ejemplo en las comidas. Esto no solo enriquece la comunicación familiar, sino que es una excelente manera de conocer y dar un apoyo concreto a la educación de los valores de nuestros hijos.
20. Las familias, de a poco, pueden crear una videoteca con películas y documentales de interés para los niños, que contengan temas variados y entretenidos. Esta práctica no solo fomentará el gusto por la cultura y la entretención en familia, sino que les servirá para ir creando un criterio selectivo al momento de ver televisión.
21. Algunos comerciales pueden ser tan peligrosos como los malos programas de televisión. Los padres debemos estar muy atentos para que la televisión no convierta a nuestros hijos en personas superficiales o consumidoras de todo lo que se anuncia. La gran oferta de bienes que existe en la televisión puede ayudarnos a educar a nuestros hijos en un "consumo inteligente", basado en la satisfacción de las reales necesidades, mas que la de los gustos. Nunca hay que hacer caso de la publicidad de juegos que inciten a la violencia, a la discriminación, y al racismo.
22. Los padres de familia, tenemos el derecho y el deber de iniciar a nuestros hijos en una positiva y prudente educación sexual, que evite que una imagen distorsionada del amor humano y del sexo les sea trasmitida a través de cualquier medio, y en particular los programas o avisos de la televisión.
23. No podemos dejar que nuestros hijos vean televisión de mala calidad. Si estos programas de televisión son vistos por nuestros hijos, confundirán la realidad con la ficción, se desorientarán y equivocarán al comprender y valorar el sentido de la vida. Transigir con la mala calidad de aquellos programas de televisión inadecuados para los niños, dejando que los vean, equivale a hacerse cómplice de lo que sabemos distorsiona los valores que le servirán de fundamento para el resto de su vida, y atenta contra los derechos de la infancia.
24. Hay que evitar a toda costa que el ver o no ver televisión se convierta para los niños en un premio o castigo.
25. Los padres de familia podemos organizarnos para exigir una televisión de calidad, especialmente en horarios infantiles. Las actitudes groseras, los hábitos y comportamientos antisociales, las obscenidades del lenguaje, la pérdida del sentido de la autoridad, la vulgaridad y la frivolidad, la apología subliminal o directa de conductas reprochables, la discriminación de la mujer o su utilización como objeto sexual y cualquier menosprecio a la vida humana, deben ser erradicados, especialmente de los espacios que tengan a los niños como destinatarios.
26. Ante una programación infantil con baja, discutible y reprobable calidad, los padres de familia tenemos la ineludible responsabilidad de poner en marcha una crítica constructiva, ejerciendo así nuestros derechos ciudadanos. Asimismo, y como contrapartida al esfuerzo realizado por muchos de quienes trabajan en el ámbito de la televisión, es conveniente incentivar una buena televisión, resaltando y difundiendo entre nuestros amigos los buenos programas de televisión.
27. El ejemplo es la herramienta más eficaz que tenemos los padres en nuestras manos. Si vemos mucha televisión, o postergamos nuestros deberes o actividades familiares o recreativas con nuestros hijos por ver televisión, o vemos televisión de mala calidad, ¿con qué criterio vamos a evitar que nuestros hijos vean aquellos programas negativos para ellos?
1. Los padres debemos enseñar a nuestros hijos, tanto a ver espacios televisivos enriquecedores, como a no ver aquellos que puedan ser inconvenientes o que puedan afectarlos en su desarrollo integral como personas. Si los padres no enseñamos a ver televisión a nuestros hijos, ¿quién lo hará por nosotros?
2. Podemos enseñar a los hijos a que no hay que "ver televisión", sino que ver programas de televisión. Así podremos desarrollar la capacidad de selección y de discriminación, que los habilitará para ver aquello que nos conviene y no mirar aquello que no nos conviene ver. Debemos preguntar a nuestros hijos ¿Qué programa quieren ver?, en lugar de ¿Quieren ver televisión?. No olvidemos que la televisión utilizada con el criterio de ayudar a la educación de los hijos puede ser una herramienta muy eficaz.
3. Para crear un criterio de selección al momento de ver televisión, es preciso evitar tener prendida la televisión cuando no hay nadie viendo un programa determinado. Siempre es positivo preguntarse: ¿Es necesario que en este momento esté prendido el televisor?. Cuantas veces la televisión permanece horas funcionando sin que nadie esté realmente viendo un programa determinado. Si la apagamos, cuando no es necesario que esté prendida, no solo ahorramos energía y dinero, sino que lo más importante, ganamos silencio y tiempo para nosotros mismos y para la familia.
4. Un buen modo de afirmar las ideas anteriores, es no tener a mano el control remoto. El "zapping", o la costumbre de cambiar permanentemente de canal de televisión, es contrario al criterio de selección que debemos desarrollar en nuestros hijos. Por otro lado, "la lucha" por el control remoto muchas veces es injusta e inconveniente, ¿no sería preferible acordar de antemano el programa que queremos ver, para no ser esclavos del control remoto, que nos lleva por un vagabundeo interminable que no permite concentrarse ni entender ningún programa?. Si el "zapping" con el control remoto es inevitable, por que se está buscando qué ver, al menos es conveniente enseñar que todos tienen derecho a opinión, y que la selección del programa no es monopolio del mayor, el más fuerte o el dueño de la televisión, para así enseñarles a respetar los derechos y los gustos de cada uno de los miembros de la familia.
5. No es conveniente que nuestros hijos tengan un aparato de televisión en su habitación. Esta costumbre incentiva el aislamiento de nuestros hijos, provoca una adicción a la televisión y es contrario a la vida de familia. Tengamos presente que una adicción desordenada a la televisión impide el juego de nuestros hijos, el crecimiento de su creatividad y afecta inevitablemente la convivencia familiar.
6. Es siempre conveniente tener un horario preestablecido para ver programas de televisión. Como todas las cosas, la televisión tiene "su lugar" en la vida familiar, junto a otras actividades. En este punto debemos tomar conciencia que nuestro día sólo tiene 24 horas, y si le restamos el tiempo en que dormimos y trabajamos o estudiamos ¿cuánto tiempo libre nos queda?. ¿Es necesario dedicar el escaso tiempo libre que tenemos sólo a la televisión?. ¡Donde queda el tiempo para el juego, la amistad, la cultura, la imaginación y la convivencia familiar!
7. No usemos la televisión como una "niñera electrónica", dado que ella no cuida verdaderamente a nuestros hijos, especialmente si los dejamos ver "lo que están dando". Recordemos que la televisión, no puede dar cariño, ni es capaz de advertir a los niños de un eventual peligro. Cuando ambos padres trabajan, este criterio es especialmente importante.
8. No tengamos prendida la televisión cuando almorcemos o comamos en familia. Cuando se está juntos en familia, durante las comidas, toda nuestra atención debemos ponerla en compartir con nuestros hijos y cónyuge, cuidando ese verdadero tesoro que es estar juntos y con tiempo para conversar y conocernos mejor. No arruinemos o desperdiciemos los mejores momentos en familia "metiendo al medio" una intrusa como invitada principal, que obliga a ser vista y escuchada.
9. La capacidad de imitación que tiene el niño debemos orientarla hacia el conocimiento de personajes reales y ejemplares, por ejemplo deportistas, hombres ilustres, héroes de nuestra historia, personas destacadas en la ayuda a los demás, poetas, etcétera, y no hacia "héroes imaginarios", "monstruos", o personajes inexistentes. De esta forma, pondremos a su alcance las vidas de personas que han pasado haciendo el bien, y que merecen ser imitadas.
10. Los padres debemos tratar de acompañar a nuestros hijos a ver televisión. De esta forma podremos conocer verdaderamente los contenidos de los programas para tener juicios más apropiados al momento de emitir nuestra opinión sobre la televisión. Mirando televisión con ellos nos podremos dar cuenta de sus gustos o preferencias, y los efectos que los distintos programas pueden producir en cada uno de ellos.
11. Echarle la culpa a la televisión es la salida fácil. No conviene que los padres renunciemos a la posibilidad de que en la casa se vea siempre buena televisión, teniendo presente que en la programación de la televisión, si buscamos, podremos encontrar casi siempre buenos programas, y que nos corresponde a nosotros el deber y la responsabilidad de ser los principales formadores de nuestros hijos.
12. La experiencia demuestra que no es conveniente que los niños y jóvenes puedan ver el programa que se les antoje, sobre todo los más pequeños. Tampoco conviene dar por sentado que todos los programas llamados infantiles o de dibujos animados tienen un contenido adecuado para su edad.
13. Los padres debemos informarnos del contenido de los programas de televisión. Cualquier espacio que incluya sexualidad, violencia, maldad, permisividad, delincuencia, racismo, etcétera, no es apto para niños. Y los padres deben saberlo, y evitar que sus hijos los vean. Para lograr esto, se pueden consultar las guías de calificación de la programación de la televisión que se publican a instancias del Ministerio de Educación, del Consejo Nacional de la Televisión, y en revistas especializadas de educación de los hijos, como por ejemplo Hacer Familia o Educar.
14. Una vez informados del contenido de los programas de televisión respetemos la señalización de los programas infantiles: - para todo niño; - para niños mayores de 7 años; y para niños mayores de 12 años, establecida por los canales de televisión, y difundida tanto por el Ministerio de Educación como por el Consejo Nacional de Televisión, para el cuidado de los niños.
15. Hay que tener presente que los hijos deben aprender valores antes que nada en el ámbito de la familia. Cuidemos de explicar a nuestros hijos que los principios e ideales de los héroes o heroínas de la televisión son la mayoría de las veces son difíciles de aplicar en la vida diaria, donde a diferencia de la televisión, cada acto tiene un costo y una consecuencia positiva o negativa para ellos mismos.
16. Con imaginación y creatividad los padres de familia podemos esforzarnos en buscar alternativas a la televisión, fomentando el deporte, las visitas a museos y parques naturales, las sesiones de teatro, la proyección de videos, las conversaciones familiares, las prácticas de acciones solidarias a favor de los demás, etcétera.
17. La "cultura de la imagen" debe llegar a los niños por medios que no sea exclusivamente la televisión. Enseñémosles a nuestros hijos que fuera de la pantalla existen los paisajes, las puestas de sol, los jardines, los museos y exposiciones, los libros, etcétera, que son infinitamente más bonitos y reales que lo que puedan ver en la televisión. En este mundo hay tanto que ver y que mirar, pero, es necesario que como padres lideremos este esfuerzo, no perdiendo la capacidad de admiración, para que nuestros niños sigan nuestro ejemplo.
18. Inevitablemente, y no obstante nuestros esfuerzos, habrá contenidos televisivos contrarios a nuestros valores, que nos parezcan inconvenientes o negativos para nosotros o nuestros hijos. Por ello fomentemos en familia el análisis crítico del contenido de los programas de la televisión. Para eso, acostumbremos a nuestros hijos a saber ver y distinguir lo bueno y lo malo que pueda contener un determinado programa de televisión.
19. Los padres tenemos que fomentar que los programas sean analizados y materia de conversación en reuniones de familia, por ejemplo en las comidas. Esto no solo enriquece la comunicación familiar, sino que es una excelente manera de conocer y dar un apoyo concreto a la educación de los valores de nuestros hijos.
20. Las familias, de a poco, pueden crear una videoteca con películas y documentales de interés para los niños, que contengan temas variados y entretenidos. Esta práctica no solo fomentará el gusto por la cultura y la entretención en familia, sino que les servirá para ir creando un criterio selectivo al momento de ver televisión.
21. Algunos comerciales pueden ser tan peligrosos como los malos programas de televisión. Los padres debemos estar muy atentos para que la televisión no convierta a nuestros hijos en personas superficiales o consumidoras de todo lo que se anuncia. La gran oferta de bienes que existe en la televisión puede ayudarnos a educar a nuestros hijos en un "consumo inteligente", basado en la satisfacción de las reales necesidades, mas que la de los gustos. Nunca hay que hacer caso de la publicidad de juegos que inciten a la violencia, a la discriminación, y al racismo.
22. Los padres de familia, tenemos el derecho y el deber de iniciar a nuestros hijos en una positiva y prudente educación sexual, que evite que una imagen distorsionada del amor humano y del sexo les sea trasmitida a través de cualquier medio, y en particular los programas o avisos de la televisión.
23. No podemos dejar que nuestros hijos vean televisión de mala calidad. Si estos programas de televisión son vistos por nuestros hijos, confundirán la realidad con la ficción, se desorientarán y equivocarán al comprender y valorar el sentido de la vida. Transigir con la mala calidad de aquellos programas de televisión inadecuados para los niños, dejando que los vean, equivale a hacerse cómplice de lo que sabemos distorsiona los valores que le servirán de fundamento para el resto de su vida, y atenta contra los derechos de la infancia.
24. Hay que evitar a toda costa que el ver o no ver televisión se convierta para los niños en un premio o castigo.
25. Los padres de familia podemos organizarnos para exigir una televisión de calidad, especialmente en horarios infantiles. Las actitudes groseras, los hábitos y comportamientos antisociales, las obscenidades del lenguaje, la pérdida del sentido de la autoridad, la vulgaridad y la frivolidad, la apología subliminal o directa de conductas reprochables, la discriminación de la mujer o su utilización como objeto sexual y cualquier menosprecio a la vida humana, deben ser erradicados, especialmente de los espacios que tengan a los niños como destinatarios.
26. Ante una programación infantil con baja, discutible y reprobable calidad, los padres de familia tenemos la ineludible responsabilidad de poner en marcha una crítica constructiva, ejerciendo así nuestros derechos ciudadanos. Asimismo, y como contrapartida al esfuerzo realizado por muchos de quienes trabajan en el ámbito de la televisión, es conveniente incentivar una buena televisión, resaltando y difundiendo entre nuestros amigos los buenos programas de televisión.
27. El ejemplo es la herramienta más eficaz que tenemos los padres en nuestras manos. Si vemos mucha televisión, o postergamos nuestros deberes o actividades familiares o recreativas con nuestros hijos por ver televisión, o vemos televisión de mala calidad, ¿con qué criterio vamos a evitar que nuestros hijos vean aquellos programas negativos para ellos?
Tomado de Valores Humanos Nro 13
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